Sobre perros y collares

Dos convocatorias de trasfondo cristiano se van a solapar los próximos 8, 9 y 10 de abril  en nuestra comunidad autónoma: la XIX edición del Foro Religioso Popular, en Gasteiz, y las VI Jornadas Católicos y Vida Pública, en Bilbao.  Cualquier persona del “pueblo llano, espeso y municipal”  podría pensar sobre la falta de coordinación de estos cristianos al hacer coincidir dos eventos religiosos. Otros, más puestos y críticos con todo lo que suene a iglesia diría eso de “el mismo perro con distinto collar”.

No conozco la antelación con que se habían convocado ambos eventos. Viendo los convocantes, las propuestas que ofertan y las formas en que lo hacen, no tiene mayor importancia el que coincidan . Coincidan o no, los públicos de ambos van a ser diferentes y a pesar de todo sería injusto hablar del mismo perro con distinto collar. Aunque cualquier cristiano pueda estar en principio de acuerdo con los respectivos eslóganes (“No es tiempo de callar, es tiempo de hablar””La Cruz: esperanza y luz para el mundo”) en ambos acontecimientos hay detalles significativos que definen perfectamente lo que pretenden y qué los distancia. El de Gasteiz se presenta de una manera sencilla, sin parafernalias, sin autoridades, con cristianos vilipendiados por el “stablisment” eclesial, reivindicando la palabra al servicio del reino de Dios. El de Bilbao lo hace con gran despliegue de medios, con autoridades eclesiasticas y civiles, con puestas en escena  de impacto mediático, reivindicando el añorado poder de la Iglesia en el ámbito de lo público. Uno estará lleno de esperanza en la humanidad a pesar de los pesares, de denuncias incómodas, de gestos sencillos en celebraciones creativas y significativas.. Otro rebosará espectáculo, flashes, ritos de otras épocas. Uno será altavoz de los sin voz. Otro será altavoz de los que tienen todos los micrófonos del mundo. Uno reivindicará la barca como hogar de todos para pasar a la orilla de la fraternidad. Otro reivindicará la barca para desembarcar a la manera de como lo hacía la cruz hace quinientos años para ser impuesta.

Algún cristiano bienintencionado hablará de la pluralidad de la Iglesia. Por eso mismo cada uno sabe donde deberá estar esos días de abril.