ANUNCIO 1

“Zuen aurretik joango da Galileara; han ikusiko duzue" "Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis"

jueves, 28 de junio de 2007

Moverse



JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Publicado en ECLESALIA


Las primeras generaciones cristianas nunca olvidaron que ser cristiano es «seguir» a Jesús y vivir como él. Así de claro y sencillo. Por eso le da Lucas tanta importancia a tres dichos de Jesús.

A Jesús no se le puede seguir buscando seguridad, pues él «no tiene donde reclinar la cabeza». Para seguir a Jesús, hay que olvidarse de otras obligaciones pues lo primero es «anunciar el reino de Dios». A Jesús no se le puede seguir «mirando hacia atrás» pues quien le sigue así, «no vale para el reino de Dios».

«Seguir» a Jesús es una metáfora que los discípulos aprendieron por los caminos de Galilea. Para ellos significa en concreto: no perder de vista a Jesús; no quedarse parados lejos de él; caminar, moverse y dar pasos tras él. «Seguir» a Jesús exige una dinámica de movimiento. Por eso, el inmovilismo dentro de la Iglesia es una enfermedad mortal: mata la pasión por seguir a Jesús compartiendo su vida, su causa y su destino.

El instinto por sobrevivir en medio de la sociedad moderna nos lleva hoy a los cristianos a buscar seguridad. La jerarquía se afana por recuperar un apoyo social que va decreciendo. Las comunidades cristianas pierden peso y fuerza para influir en el ambiente. No sabemos «dónde reclinar la cabeza». Es el momento de aprender a seguir a Jesús de manera más despojada y vulnerable, pero también más auténtica y real.

En la Iglesia vivimos con frecuencia distraídos por costumbres y obligaciones que provienen del pasado pero no ayudan hoy a generar vida evangélica. Hay pastores que se sienten como «muertos dedicados a enterrar muertos». Es el momento de volver a Jesús y buscar primero el reino de Dios. Sólo así nos colocaremos en la verdadera perspectiva para entender y vivir la fe cristiana como quería él.

Pero quienes miran sólo para atrás, no valen para el reino de Dios. Cuando se ahoga la creatividad, se mata la imaginación evangélica y se controla toda novedad como peligrosa, se está promoviendo una religión estática que impide el seguimiento vivo a Jesús. Es el momento de buscar una vez más «vino nuevo en odres nuevos». Lo pedía Jesús.

domingo, 24 de junio de 2007

¿A quién seguimos?


JOSÉ ANTONIO PAGOLA

Publicado en Eclesalia

Los evangelios presentan un fuerte contraste entre la actuación de Juan y la de Jesús. La preocupación suprema de Juan es el pecado que está corrompiendo al pueblo entero; por eso se sale de la tierra prometida y marcha al desierto para predicar desde allí la conversión a Dios. Para Jesús, por el contrario, la primera preocupación es el sufrimiento de quienes son víctimas de esas injusticias y pecados; por eso deja el desierto y va visitando las aldeas de Galilea anunciando la Buena Noticia de un Dios que quiere una vida más humana.

La tarea de Juan es clara: denunciar los pecados, llamar a los pecadores a penitencia y ofrecer un bautismo de conversión y perdón; por eso lo llaman «Bautista», el bautizador. El quehacer de Jesús es diferente: cura a los enfermos, acoge a los pecadores y ofrece la salud y el perdón gratuito de Dios sin necesidad de bautizarse en el Jordán; por eso, lo llaman curador y amigo de pecadores.

El lenguaje del Bautista es duro y da miedo; habla de la «ira» de Dios que llega como un leñador blandiendo su hacha para cortar de raíz los árboles estériles; el pueblo ha de vivir preparándose para la llegada del juicio inminente de este Dios. Jesús, por el contrario, narra parábolas que jamás se le hubieran ocurrido al Bautista; el que llega es un Padre bueno y cercano, compasivo y perdonador. Su palabra despierta confianza y alegría. El pueblo lo ha de acoger ahora mismo creando una convivencia más justa, fraterna y compasiva.

El Bautista no hace gestos de bondad. No se compadece ante el sufrimiento: no se acerca a curar a los enfermos. No ve la marginación de los más desgraciados: no toca a los leprosos ni libera a los endemoniados. No se fija en los débiles: no abraza a los niños de la calle. No come con pecadores: vive encerrado en su vida solitaria del desierto. Jesús, por el contrario, se dedica a curar, liberar del mal, acoger, bendecir, perdonar. Lo suyo es introducir en la vida salud, perdón, paz, amistad, fraternidad.

¿De quién somos nosotros? ¿Seguimos al Bautista o a Jesús? ¿Somos «bautistas» o «cristianos»? ¿Nos hemos quedado en el precursor o vivimos acogiendo a Jesucristo?

domingo, 17 de junio de 2007

Final de curso


Nos aproximamos al verano y vamos concluyendo nuestras tareas y actividades. Hemos hecho balance y hemos puesto las bases para el nuevo curso. Es hora de agradecer lo vivido y recibido en el camino de construcción del Reino que intentamos poner rostro humildemente en nuestra Unidad Pastoral. Por ello celebraremos un encuentro de acción de gracias el próximo viernes 22 de junio a las 7 de la tarde en la parroquia de Sta. Mª de Iturribide. Posteriormente compartiremos el tradicional piscolabis con lo que aportemos cada uno.
Uda zoriontsua!
¡Feliz verano!

Aula Social y grupo de Paz y Reconciliación del sector


Organiza una mesa redonda bajo el tema Paz entre todos/Bakea denon artean. Tendrá lugar el martes 19 de junio a las 7,30 en los salones de El Karmelo

Mirada diferente



JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Publicado en ECLESALIA

La prostituta del pueblo interrumpe de pronto el banquete organizado por un fariseo para agasajar a Jesús. En cuanto la ve, Simón la reconoce y se pone nervioso. Conoce bien a estas prostitutas que se acercan al final de los banquetes en busca de clientes.

La prostituta se dirige directamente a Jesús. No dice nada. Está conmovida. No sabe cómo expresarle su agradecimiento y rompe a llorar. Sus lágrimas riegan los pies de Jesús. Olvidándose de los presentes, se suelta la cabellera y se los seca. Besa una y otra vez aquellos pies queridos, y, abriendo un pequeño frasco que lleva colgando de su cuello, se los unge con perfume.

El fariseo contempla la escena horrorizado. Su mirada de hombre experto en la ley sólo ve en aquella mujer una «pecadora» indigna que está contaminando la pureza de los comensales. No repara en sus lágrimas. Sólo ve en ella los gestos de una mujer de su oficio que sólo sabe soltarse el cabello, besar, acariciar y seducir con sus perfumes.

Su mirada de desprecio le impide, al mismo tiempo, reconocer en Jesús al profeta de la compasión de Dios. Su acogida y su ternura hacia esta mujer lo desconciertan. No puede ser un profeta.

La mirada de Jesús es diferente. En aquel comportamiento que tanto escandaliza al «moralista» Simón, él sólo ve el amor y el agradecimiento grande de una mujer que se sabe muy querida y perdonada por Dios. Por eso se deja tocar y querer por ella. Le ofrece el perdón de Dios. Le ayuda a descubrir dentro de sí misma una fe que la está salvando y le anima a vivir en paz.

Jesús no fue visto nunca como representante de la norma sino como profeta de la compasión de Dios. Por eso, en el movimiento de los que hoy tratamos de seguirle, no necesitamos «maestros» que desprecien a los pecadores y descalifiquen a los «profetas» de la compasión de Dios. Necesitamos cristianos que miren a los marginados morales, los desviados y los indeseables con los ojos con que los miraba Jesús. Dichosos los que están junto a ellos y ellas sosteniendo su dignidad humana y despertando su fe en ese Dios que los ama, entiende y perdona como nosotros no sabemos hacerlo.

domingo, 3 de junio de 2007

Breve memoria del curso 2006-2007



Siguiendo el hilo cronológico a lo largo del curso, las actividades realizadas en el marco de nuestra Unidad Pastoral han sido:

Asamblea de agentes de Pastoral Infantil y Juvenil
Realizada en noviembre de 2006 en el Colegio de Maristas. Asistencia y participación de todas las realidades de pastoral infantil y juvenil de la UP: catequistas, monitores de tiempo libre y responsables de pastoral de los colegios.
Objetivos: conocimiento y sentar las bases para una posible coordinación de la realidad educativa de la fe en la UP
A lo largo del curso se convoca un segundo encuentro para mayo, pero se suspende a última hora por previsión de escasa asistencia

Encuentro de oración de Adviento
Realizado en Covadonga a primeros de diciembre de 2006. Se siguieron los textos de adviento, presentados por distintas comunidades.

Rastrillo de Mª Reina
Celebrado dos días antes de navidad y dos días en enero. Participación de jóvenes de Mª Reina, Maristas, Iturribide y otros grupos

Misa de Nochebuena
Se convocó una unica celebración de Nochebuena para toda la UP en la parroquia de Begoñazpi

Iniciativa diocesana por la Paz
Llevada a cabo el sábado 3 de febrero. Por la mañana la convocatoria fue para los niños en Moyúa. Por la tarde lo fue para los adultos en la plaza de Santiago.

Asamblea de comunidades laicales y religiosas de la UP
Aunque la convoocatoria inicial fue el 13 enero, circunstancias sociopolíticas (convocatoria de una manifestación por la paz) obligaron a posponerla al 17 de febrero.
Tuvo lugar en el Colegio de Angeles Custodios. Asistieron miembros de todas las comunidades laicales y religiosas de la UP. Enmarcada dentro del objetivo diocesano de transmisión de la fe a los jóvenes. Objetivos: Conocimiento de las comunidades y reflexionar sobre la transmisión de la fe a jóvenes y adolescentes. Se comenzó con una dinámica de presentación de las comunidades. Se puso en común una reflexión previa sobre realidad, dificultades y retos en la transmisión de la fe a los jóvenes en nuestras comunidades. Se concluyó con un piscolabis.
Se pidió a las comunidades asistentes el envío de la reflexión por escrito para elaborar un documento de síntesis: solo tres comunidades respondieron al requerimiento.

Comida Solidaria
Este curso se realizó en la parroquia de Covadonga, en marzo. Se presentó el proyecto de hermanamiento de Covadonga con comunidades cristianas de Chiapas. Asistencia importante (100 personas de toda la UP). Como otras veces se contó con la presencia del coro infantil Txori Kantari de Mª Reina. Problemas con el catering: ninguno de los asistentes reclamó devolución del importe.

Charlas Cuaresmales
Realizadas durante tres días en Begoñazpi. El ponente fue Joserra Mendiola. Versaron sobre la última carta pastoral de los obispos vascos, “Vivir y comunicar el evangelio hoy”. La media de asistencia fue de unas 50 personas

Encuentro de oración de Cuaresma
Planteado como colofón de las charlas cuaresmales. Realizado en Begoñazpi.

Desde el punto de vista organizativo a lo largo del curso han ido funcionando regularmente las diversas comisiones: el germen de equipo ministerial y las comisiones de educación de la fe, de familias y adultos, y de liturgia.

sábado, 2 de junio de 2007

Vivir a Dios desde Jesús


JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Publicado en
ECLESALIA, 30/05/07

Los teólogos han escrito estudios profundos sobre la vida insondable de las personas divinas en el seno de la Trinidad. Jesús, por el contrario, no se ocupa de ofrecer este tipo de doctrina sobre Dios. Para él, Dios es una experiencia: se siente Hijo querido de un Padre bueno que se está introduciendo en el mundo para humanizar la vida con su Espíritu.

Para Jesús, Dios no es un Padre sin más. Él descubre en ese Padre unos rasgos que no siempre recuerdan los teólogos. En su corazón ocupan un lugar privilegiado los más pequeños e indefensos, los olvidados por la sociedad y las religiones: los que nada bueno pueden esperar ya de la vida.

Este Padre no es propiedad de los buenos. «Hace salir su sol sobre buenos y malos». A todos bendice, a todos ama. Para todos busca una vida más digna y dichosa. Por eso se ocupa de manera especial por quienes viven «perdidos». A nadie olvida, a nadie abandona. Nadie camina por la vida sin su protección.

Tampoco Jesús es el Hijo de Dios sin más. Es Hijo querido de ese Padre, pero, al mismo tiempo, nuestro amigo y hermano. Es el gran regalo de Dios a la humanidad. Siguiendo sus pasos, nos atrevemos a vivir con confianza plena en Dios. Imitando su vida, aprendemos a ser compasivos como el Padre del cielo. Unidos a él, trabajamos por construir ese mundo más justo y humano que quiere Dios.

Por último, desde Jesús experimentamos que el Espíritu Santo no es algo irreal e ilusorio. Es sencillamente el amor de Dios que está en nosotros y entre nosotros alentando siempre nuestra vida, atrayéndonos siempre hacia el bien. Ese Espíritu nos está invitando a vivir como Jesús que, «ungido» por su fuerza, pasó toda su vida haciendo el bien y luchando contra el mal.

Es bueno culminar nuestras plegarias diciendo «Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo» para adorar con fe el misterio de Dios. Y es bueno santiguarnos en el nombre de la Trinidad para comprometernos a vivir en el nombre del Padre, siguiendo fielmente a Jesús, su Hijo, y dejándonos guiar por su Espíritu.