ANUNCIO 1
domingo, 18 de marzo de 2007
Tu hermano estaba muerto, y ha revivido
Lc 15,1-3.11-32: Tu hermano estaba muerto, y ha revivido
El Dios de la misericordia, no quiere excluir a nadie de su mesa; es más, quiere invitar especialmente a todos aquellos que son excluidos de las mesas de los hombres por su situación social, por su pobreza, por su sexo o por cualquier otro motivo; y va más allá, no ve con buenos ojos que crean participar de su cena quienes no esperan a sus hermanos excluídos de la mesa por ser pobres. El Dios que no hace distinción de personas, ama dilectamente a los menos amados. Jesús nos invita a su comida, una comida en la que mostramos -como en una parábola- cómo es el Dios, como es la fraternidad en la que creemos. Y nos mostraremos cómo somos hermanos, cómo somos hijos en la medida de participar de la alegría del padre y del reencuentro de los hermanos.
Publicado por
El Pajarazzi
el
18.3.07
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